Hola a mis estimados lectores:
Como sabeís el blog murió. Fue una muerte lenta y solitaria. Poco a poco el enemigo, que llevaba ya tiempo acechando, clavó la estocada certera y acabó con la vida de la joven Pinza, que había emergido no se sabe de dónde. Yo esperaba que resurgiera como el ave Fénix, con una fuerza de héroe legendario, pero no ocurrió así. El enemigo fue más fuerte.
Así que la que escribe ahora no es una Pinza resucitada y renovada, sino un fantasma desde ultratumba. Desde el más allá, lugar que no es de descanso eterno, que lo sepáis, sino todo lo contrario, de estrés y falta de tiempo, intenta contactar con vosotros, utilizando la internet de medium por si alguien pregunta, espíritu, ¿estás ahí?
Ahí estoy en mi forma no material, soy todo intelecto, como decía Gulp. En este tiempo del más allá que corre diferente del más acá, he leído varios libros que me urge comentar con vosotros, sin destripároslos, pues las almas idas no hacemos ese tipo de cosas. La urgencia podría habérseme pasado con todas esos líos tan importantes que tenemos los espíritus, pero no ha sido así: mi cuerpo inmaterial ha sentido una especie de dolor agudo, parecido al que se tiene cuando tragas con las amígdalas inflamadas, en toda mi nube de no-materia y todo el tiempo atemporal. Una sensación un poco extraña y molesta a la vez. Una especie de pinchazo etéreo.
Vamos al grano y os cuento cuáles han sido mis lecturas de ultratumba. Mi espíritu no ha cambiado de gustos con respecto a mi vida en la Tierra y sigo decantándome por los clásicos y los premios nobeles, como cualquier espíritu puro.
El primero, que seguro que todos habréis leído es Un mundo feliz, A Brave New World. Para empezar no sé porqué han traducido el título así. Yo habría dicho el Estupendo Nuevo Mundo, o Fantástico, o cualquier otro adjetivo más parecido a Brave que a Happy, porque los personajes del libro no paran de decir esa frase, como diciendo, mola, es de puta madre. No os voy a contar el argumento porque lo he prometido, comentaré sólo un par de cosillas. Primero que el autor era guapísimo, ciego, pero un pivón. Os coloco a la izquierda la foto para que veáis que no miento, que Adous Huxley estaba muy bueno. Ahora en el más allá puedo disfrutar de él con más cercanía.
Lo segundo, que supongo que sabréis porque habréis leído el libro, es que era un visionario y que en 1935 describe el mundo que tenemos ahora con sus operaciones de estética, sus parques temáticos, sus ansiolíticos, su religión del consumo, sus ciudadanos de categorías diferentes, y así... Quizá no fue tan adivino y ya en aquel momento se estaba gestando todo esto. Pero lo mejor del libro es la escena en la que un salvaje habla de Shakespeare, diciendo que le agradece haber encontrado en Otelo un modelo para poder expresar su ira y su dolor. Antes de haberlo leído no era capaz de encontrar las palabras para entender lo que le sucedía. Y es que eso es lo que tiene la literatura, que es como un psicoanalista que te comprende y te ayuda.
Mi segundo libro es de Orhan Pamuk, turco él, estambulí, y se llama El Museo de la Innocencia. Es una historia de amor, no os digo más. Un libro largo y triste con dos capítulos que me han parecido dos joyas. En uno habla de las formas que tienen las colillas apagadas de los cigarrillos y presenta una especie de catálogo con unas 4.000 colillas, ordenadas por las formas que cogen según las apagó su amada, unas con desinterés, otras con rabia, otras meticulosamente, dando lugar a formas como signos de interrogación o cilindros perfectos, por poner un ejemplo. Pero vale la pena leer aunque sea este capítulo. En el otro habla de las cosas cotidianas haciendo un listado genial, por si a alguien le había pasado desapercibido lo que ocurre cuando de verdad quieres a alguien. El colecciona además de las colillas, todos los instantes mínimos del amor. Espero no estar poniéndome demasiado romántica, pero es que en el más allá, como no hay sexo hay que hablar de romanticismo.
Y el tercer libro es de Coetzee, un sudafricano que habla también del amor sin ser una novela de amor. El título es Verano y pertenece a una trilogía, con Infancia y Juventud. Es una autobiografía en boca de unas mujeres que le conocieron en vida, porque se supone que está muerto pero no lo está, no como yo, y todas le ponen a caldo. Pobrecillo, parece que se miró en unos espejos femeninos y se vio hecho un asco. Es curioso como él se desdobla en su crítico más crítico y se pone a parir. A mi me ha recordado a Van Gogh, cuando decía que tenía una hoguera ardiendo a la que nadie quería ir a calentarse. A este pobre Coetzee por lo visto tampoco le entendía nadie. Le veían raro, solitario, callado y asexuado. En fin, un dechado de virtudes.
Ahora que esta Pinza está muerta y enterrada, después de haber leído estos tres libros se ha sentido como el salvaje que leía Otelo: un poco mejor y un poco más acompañada. Gracias a los tres.
Escritos de una pinza
domingo, 18 de marzo de 2012
sábado, 20 de agosto de 2011
HE CUMPLIDO 50%
Esta pinza ha cumplido su 50% cumpleaños, por lo tanto, está justo en la mitad. ¿La mitad de qué? Buda descubrió un día, o así nos lo hicieron creer en una película de su vida, que la cuerda del sitar (aquí se puede aplicar a la guitarra española, eléctrica, acústica, ukelele, banjo, etc.) debía tensarse ni mucho ni poco, ni blanco ni negro, ni alto ni bajo, ni rico ni pobre, ni guapo ni feo, sino todo lo contrario: el término medio, que es lo más justo, apropiado, conveniente, correcto y derecho (en inglés right y en español: eso es). Tañir una cuerda tensada en la justa medida daría el sonido perfecto, mientras que demasiado tensa se rompería saltándote quizá en un ojo y demasiado floja sonaría como un rugido animal de esos animales que no sabemos como imitar, como el hipopótamo que no podemos decir que haga mu, o cuacua, o marramamiau, es decir, un sonido indescriptible. Y si el resto de las cuerdas tampoco estuvieran afinadas en su justa medida, sería imposible sacar la melodía de cualquiera de esos instrumentos que os he referido más arriba. De lo que deducimos que si queremos hacer música de cuerda es imprescindible el término medio, la justa medida, la afinación.
Y yo que a veces me siento como esa cuerda floja y otras demasiado tensa, me congratulo de haber llegado al ecuador (de la vida no lo sé, pero del número 100 sí). Y estoy en el medio, como el jueves, ni demasiado vieja ni demasiado joven, ni demasiado flaca ni demasiado gorda, ni demasiado guapa, ni demasiado fea, y así me ocurre con muchos adjetivos que no voy a listar para no aburriros.
Celebré mi cumpleaños en un rincón del mundo con 4 gatos que maullaron miaumarramiau bañándonos en aguas poco profundas y cristalinas, mirándonos los pies que se veían grandes como con lupa y alejándonos un poco de la orilla para sentir que en el océano se está como en casa. Bueno, sólo estábamos en el mar; los océanos son palabras mayores y allí puede haber monstruos abisales, tiburones mala leche, y ballenas gigantes de esas que empiezan una canción un jueves de primero de mes y la terminan un lunes de mediados del mes siguiente. O al menos eso dicen los documentales de "La 2". Estuvimos tanto rato en el agua charlando y haciendo el pino que vistos desde lejos parecíamos hipopótamos en su charca y mirados desde cerca se nos veían arrugas en las yemas de los dedos, como en nuestra infancia más olvidada.
Después de ese baño de hora y media nos fuimos a comer una paella a un chiringuito-restaurante playero, porque, ¿qué es un verano mediterráneo sin paella? y ¿qué mejor escusa que cumplir tantos años? Quiero agradecer aquí a las moscas y las avispas que tuvieran la deferencia de no invadir nuestro momento de protagonismo y se abstuvieran de ser cojoneras por una vez en su vida.
Tras los cánticos, entrega de presentes, (porque estábamos viviendo el presente, pues para una vez que el presente es tan amable, vale la pena vivirlo con intensidad), partos varios, cigarrillos fumados por fumadores y exfumadores, copitas, apagamiento de velas, molestias a las otras mesas del establecimiento, y en fin, todas esas cosas que se estilan en las celebraciones, incluso alguna lagrimita pincil, derramada con vergüenza y desenfado, pues después de todo eso, nos levantamos de los asientos en los que habíamos pasado un poco-bastante calor y alegría y nos dirigimos a pie a una zona de la playa muy, pero que muy preciosa. No puedo desvelar el nombre porque mis millones de lectores desembarcarían al día siguiente, como si fuera Normandía en la hora h y el día d. Pero fiaros de mí. Es una playa preciosa, con un bosquecito detrás al que apetece internarse a averiguar si hay algún ser de cuento que no se haya dado cuenta de que vivimos en un mundo de realidad un pelín duro y se haya quedado allí durmiendo sobre una flor y debajo de un pino. Y no sólo por el bosque, el agua y la arena, es que la luz de la playa es espectacular y mientras nos bañaba a todos sin molestar, unos gatos dormían la siesta, otros se bañaban, otros paseaban y puede que otros hasta hablasen.
La tarde se pasó así, con más paz que juerga, y el sol se puso con ese gesto que hacen los gordos cuando se sientan en su sillón: una gozada. Recogimos nuestros muchos belongings desperdigados everywhere y no llegamos a entendernos muy bien en eso de te espero aquí, dónde se ha metido tal, pero estos ya se han ido, no, están en el bar tomándose algo, etc.
Una vez ordenadas las personas participantes y colocados cada uno en sus respectivos medios de transporte nos fuimos por esas carreteras llenas de bosques incendiados provocadamente y esas otras carreteritas tiernas como culebrillas, que nos obsequiaron con salida de luna naranja también espectacular, grandecomo un pomelo.
Llegamos a casa cansados como niños, pero como somos todos del 50% pues tuvimos que irnos a tomar una copa, para que no se diga que nos hacemos mayores y nos volvemos muermo.
Pues eso es todo. A partir de ahora estaré en el centro amando lo que es.
Y yo que a veces me siento como esa cuerda floja y otras demasiado tensa, me congratulo de haber llegado al ecuador (de la vida no lo sé, pero del número 100 sí). Y estoy en el medio, como el jueves, ni demasiado vieja ni demasiado joven, ni demasiado flaca ni demasiado gorda, ni demasiado guapa, ni demasiado fea, y así me ocurre con muchos adjetivos que no voy a listar para no aburriros.
Celebré mi cumpleaños en un rincón del mundo con 4 gatos que maullaron miaumarramiau bañándonos en aguas poco profundas y cristalinas, mirándonos los pies que se veían grandes como con lupa y alejándonos un poco de la orilla para sentir que en el océano se está como en casa. Bueno, sólo estábamos en el mar; los océanos son palabras mayores y allí puede haber monstruos abisales, tiburones mala leche, y ballenas gigantes de esas que empiezan una canción un jueves de primero de mes y la terminan un lunes de mediados del mes siguiente. O al menos eso dicen los documentales de "La 2". Estuvimos tanto rato en el agua charlando y haciendo el pino que vistos desde lejos parecíamos hipopótamos en su charca y mirados desde cerca se nos veían arrugas en las yemas de los dedos, como en nuestra infancia más olvidada.
Después de ese baño de hora y media nos fuimos a comer una paella a un chiringuito-restaurante playero, porque, ¿qué es un verano mediterráneo sin paella? y ¿qué mejor escusa que cumplir tantos años? Quiero agradecer aquí a las moscas y las avispas que tuvieran la deferencia de no invadir nuestro momento de protagonismo y se abstuvieran de ser cojoneras por una vez en su vida.
Tras los cánticos, entrega de presentes, (porque estábamos viviendo el presente, pues para una vez que el presente es tan amable, vale la pena vivirlo con intensidad), partos varios, cigarrillos fumados por fumadores y exfumadores, copitas, apagamiento de velas, molestias a las otras mesas del establecimiento, y en fin, todas esas cosas que se estilan en las celebraciones, incluso alguna lagrimita pincil, derramada con vergüenza y desenfado, pues después de todo eso, nos levantamos de los asientos en los que habíamos pasado un poco-bastante calor y alegría y nos dirigimos a pie a una zona de la playa muy, pero que muy preciosa. No puedo desvelar el nombre porque mis millones de lectores desembarcarían al día siguiente, como si fuera Normandía en la hora h y el día d. Pero fiaros de mí. Es una playa preciosa, con un bosquecito detrás al que apetece internarse a averiguar si hay algún ser de cuento que no se haya dado cuenta de que vivimos en un mundo de realidad un pelín duro y se haya quedado allí durmiendo sobre una flor y debajo de un pino. Y no sólo por el bosque, el agua y la arena, es que la luz de la playa es espectacular y mientras nos bañaba a todos sin molestar, unos gatos dormían la siesta, otros se bañaban, otros paseaban y puede que otros hasta hablasen.
La tarde se pasó así, con más paz que juerga, y el sol se puso con ese gesto que hacen los gordos cuando se sientan en su sillón: una gozada. Recogimos nuestros muchos belongings desperdigados everywhere y no llegamos a entendernos muy bien en eso de te espero aquí, dónde se ha metido tal, pero estos ya se han ido, no, están en el bar tomándose algo, etc.
Una vez ordenadas las personas participantes y colocados cada uno en sus respectivos medios de transporte nos fuimos por esas carreteras llenas de bosques incendiados provocadamente y esas otras carreteritas tiernas como culebrillas, que nos obsequiaron con salida de luna naranja también espectacular, grandecomo un pomelo.
Llegamos a casa cansados como niños, pero como somos todos del 50% pues tuvimos que irnos a tomar una copa, para que no se diga que nos hacemos mayores y nos volvemos muermo.
Pues eso es todo. A partir de ahora estaré en el centro amando lo que es.
lunes, 2 de mayo de 2011
Hosni, Muamar y Nos Amaba
Os dije hace un par de días que este blog estaba feneciendo, no? Porque me sucedió algo que nunca antes me había pasado: esta entrada estaba sin acabar en la sala de espera, debatiéndose entre hablar de temas de la actualidad, seguir con mi rollo intimista de mirarme el ombligo que lo tengo ya más visto que el TBO u optar por la crítica literaria, que al fin y al cabo era el motivo que originó este blog, la idea primigenia. Decía Picasso que lo original es volver a los orígenes, y si él lo decía....
Así empezaba:
"Mientras nosotros, y me refiero a todos o casi todos, estamos en el sofá repantingados un sábado cualquiera durmiendo la siesta, el mundo vive una serie de acontecimientos a tal velocidad que ni la fuerza centrípeta del Planeta evitará que salgamos volando por los aires del oscuro Universo. No voy a hablar de los terremotos japoneses porque mi intención era otra. Ni tampoco de los múltiples partidos Madrid-Barça que también mueven el mundo. Quería hablar más bien de lo que está ocurriendo en estos países musulmanes que a través de la red se han organizado y han exigido cambios de gobierno en sus respectivos lugares. (A ver si aprendeis de ellos y os convertis en unos seguidores de mi blog un poco más asiduos y numerosos, claro que para eso yo también tendría que escribir con un poco más de asiduidad, supongo)."
Así empecé esta entrada, un poco aturullada por el devenir de tanto acontecimiento extraordinario, perdiendo comba. Y por si fuera poco ahora pillan a Bin. Ya no puedo volver a dejar la entrada otra vez sin participar porque no sea de rabiante actualidad, lo sentimos mucho, para eso están los periodistas, que son los únicos que viven de verdad en el presente, como los monjes zen. Para mí ahora es más importante salvarle la vida al blog que me da mucha vidilla. Así que continúo con lo que ya tenía escrito:
"Pero yo no os voy a contar nada que no sepais ni voy a hacer un análisis periodístico ni político, ¿dónde va a parar?, yo os invito a poneros en el lugar del dictador, de Muamar, por ejemplo, que ahora está muy liado organizando sus ataques y la defensa del enemigo rebelde, pero que al fin y al cabo es un ser humano que se levanta todas las mañanas de su cama dorada, se acerca a hacer pis a su retrete dorado y se mira las ojeras en su espejo de marco también dorado (tiene una debilidad por lo dorado y por todo aquello que le recuerde a la riqueza, los billetes de banco, los propios bancos, el petróleo, las pijadas de los multimillonarios, etc.), y cuando está delante del espejo y se mira a sí mismo, qué creeis que piensa?, algo así como ¿Pero cómo puedo ser tan malo y no tener cargo de conciencia? porque hay que ver que soy malo, y feo..."
Pues no.
El lo que piensa es "que majo soy aunque no acabo de envejecer como me gustaría. Tendría que darme unos retoques por aquí, y por allá. Hablaré con mi cirujano plástico porque hoy me veo especialmente ojeroso. ¿No serán las preocupaciones? No, no. Yo siempre he llevado el poder con naturalidad y elegancia. A mí las tensiones de que hablan otros dirigentes no me hacen mella. Tengo una forma de ver la vida ligera, bueno, siempre dentro de la ortodoxia musulmana, no es que yo no sea creyente. Aunque oye, en esta Tierra hay que disfrutar, y que te quiten lo bailao" y aquí cierro comillas porque veo que el texto se está convirtiendo en un monólogo de Celebrities de Muchachada Nui.
Así que bajo a la sala de máquinas y cambio de rumbo, 180º a estribor, sí, mi capitán, porque Vd, es mío, verdad capitán? volantazo al timón y nos dirigimos hacia el comentario de los últimos libros que ha leído esta pinza: After Dark y Tokio Blues, Norweian Wood de Murakami. (Por cierto, de este último acaban de estrenar una película). Comentario que no crítica, porque la crítica, aunque constructiva, siempre destruye un poco, pues crítico, viene de crisis y las crisis, de todos es sabido, son puntos de inflexión más bien bajos, que pueden llevarte a buen puerto, no digo yo que no, pero que cuando estás sumergido en ellas, con el agua hasta el cuello, preferirías cualquier otra cosa, como el susto o la muerte."
Aquí me había quedado: sin tiempo, energía ni vitalidad para acabar esta entrada.
Conclusiones que pueden sacarse, así sin comerse mucho la cabeza son:
1. La indecisión paraliza. No saber si hablar de los dictadores o de los últimos libros leídos o querer hacerlo todo en el mismo post no es muy profesional y además impide a los propios textos que se desenvuelvan con fluidez y recuerdan a esos rollos de celo en los que no hay manera de localizar el principio por más que pases el dedo o lo mires con lupa.
2. Los textos, hijos de las ideas, como sus madres, están vivos, y se pelean por ser los más importantes y vencer al contrincante. Creeis acaso que a la crítica de Murakami le importa un rábano la descripción del momento-reflexión de Muamar, o la reflexión de la propia Pinza cuando piensa que todos llevamos a un pequeño dictador dentro? o y o viceversa? Qué lío!
3. Esta batalla no hace sino poner de manifiesto el espíritu indeciso de la pinza, su confusión mental que está llevando al blog a la muerte. Porque si el lenguaje escrito no sirve ya ni para ordenar las ideas, para qué sirve entonces?
4. Parece que el tema terremoto de Japón no me interesa, pero no es cierto. Es más bien una gran impotencia a la hora de imaginar lo que puede ser el suelo moviéndose bajo tus pies.
5. Todo lo que piensa Muamar se le puede aplicar a Hosni y antes a Osama.
6. Al final no ha habido crítica literaria y os quedais sin saber qué tal son esos dos libros de Murakami y sereis unos facilones y os ireís al cine a ver la película directamente.
Pues os hago un pequeño comentario y así hago casso a Picasso. (Picachu tenía algo que ver con Picasso?)
No os voy a destripar el guión de los libros que es lo que más interesa a los espectadores-lectores en general, pero sí os diré que los personajes y sus diálogos son como los de personas conocidas, cercanas, amigas, a las que les darías tu ayuda si pudieras y si no, al menos serías su confidente prestándoles tu oreja.
Y así, sin orden ni concierto, nos hemos dado un paseo por la actualidad y la literatura, como un programa cultureta de la 2 y hemos insuflado un poco de aire fresco a los pulmones de este pobre blog moribundo.
Así empezaba:
"Mientras nosotros, y me refiero a todos o casi todos, estamos en el sofá repantingados un sábado cualquiera durmiendo la siesta, el mundo vive una serie de acontecimientos a tal velocidad que ni la fuerza centrípeta del Planeta evitará que salgamos volando por los aires del oscuro Universo. No voy a hablar de los terremotos japoneses porque mi intención era otra. Ni tampoco de los múltiples partidos Madrid-Barça que también mueven el mundo. Quería hablar más bien de lo que está ocurriendo en estos países musulmanes que a través de la red se han organizado y han exigido cambios de gobierno en sus respectivos lugares. (A ver si aprendeis de ellos y os convertis en unos seguidores de mi blog un poco más asiduos y numerosos, claro que para eso yo también tendría que escribir con un poco más de asiduidad, supongo)."
Así empecé esta entrada, un poco aturullada por el devenir de tanto acontecimiento extraordinario, perdiendo comba. Y por si fuera poco ahora pillan a Bin. Ya no puedo volver a dejar la entrada otra vez sin participar porque no sea de rabiante actualidad, lo sentimos mucho, para eso están los periodistas, que son los únicos que viven de verdad en el presente, como los monjes zen. Para mí ahora es más importante salvarle la vida al blog que me da mucha vidilla. Así que continúo con lo que ya tenía escrito:
"Pero yo no os voy a contar nada que no sepais ni voy a hacer un análisis periodístico ni político, ¿dónde va a parar?, yo os invito a poneros en el lugar del dictador, de Muamar, por ejemplo, que ahora está muy liado organizando sus ataques y la defensa del enemigo rebelde, pero que al fin y al cabo es un ser humano que se levanta todas las mañanas de su cama dorada, se acerca a hacer pis a su retrete dorado y se mira las ojeras en su espejo de marco también dorado (tiene una debilidad por lo dorado y por todo aquello que le recuerde a la riqueza, los billetes de banco, los propios bancos, el petróleo, las pijadas de los multimillonarios, etc.), y cuando está delante del espejo y se mira a sí mismo, qué creeis que piensa?, algo así como ¿Pero cómo puedo ser tan malo y no tener cargo de conciencia? porque hay que ver que soy malo, y feo..."
Pues no.
El lo que piensa es "que majo soy aunque no acabo de envejecer como me gustaría. Tendría que darme unos retoques por aquí, y por allá. Hablaré con mi cirujano plástico porque hoy me veo especialmente ojeroso. ¿No serán las preocupaciones? No, no. Yo siempre he llevado el poder con naturalidad y elegancia. A mí las tensiones de que hablan otros dirigentes no me hacen mella. Tengo una forma de ver la vida ligera, bueno, siempre dentro de la ortodoxia musulmana, no es que yo no sea creyente. Aunque oye, en esta Tierra hay que disfrutar, y que te quiten lo bailao" y aquí cierro comillas porque veo que el texto se está convirtiendo en un monólogo de Celebrities de Muchachada Nui.
Así que bajo a la sala de máquinas y cambio de rumbo, 180º a estribor, sí, mi capitán, porque Vd, es mío, verdad capitán? volantazo al timón y nos dirigimos hacia el comentario de los últimos libros que ha leído esta pinza: After Dark y Tokio Blues, Norweian Wood de Murakami. (Por cierto, de este último acaban de estrenar una película). Comentario que no crítica, porque la crítica, aunque constructiva, siempre destruye un poco, pues crítico, viene de crisis y las crisis, de todos es sabido, son puntos de inflexión más bien bajos, que pueden llevarte a buen puerto, no digo yo que no, pero que cuando estás sumergido en ellas, con el agua hasta el cuello, preferirías cualquier otra cosa, como el susto o la muerte."
Aquí me había quedado: sin tiempo, energía ni vitalidad para acabar esta entrada.
Conclusiones que pueden sacarse, así sin comerse mucho la cabeza son:
1. La indecisión paraliza. No saber si hablar de los dictadores o de los últimos libros leídos o querer hacerlo todo en el mismo post no es muy profesional y además impide a los propios textos que se desenvuelvan con fluidez y recuerdan a esos rollos de celo en los que no hay manera de localizar el principio por más que pases el dedo o lo mires con lupa.
2. Los textos, hijos de las ideas, como sus madres, están vivos, y se pelean por ser los más importantes y vencer al contrincante. Creeis acaso que a la crítica de Murakami le importa un rábano la descripción del momento-reflexión de Muamar, o la reflexión de la propia Pinza cuando piensa que todos llevamos a un pequeño dictador dentro? o y o viceversa? Qué lío!
3. Esta batalla no hace sino poner de manifiesto el espíritu indeciso de la pinza, su confusión mental que está llevando al blog a la muerte. Porque si el lenguaje escrito no sirve ya ni para ordenar las ideas, para qué sirve entonces?
4. Parece que el tema terremoto de Japón no me interesa, pero no es cierto. Es más bien una gran impotencia a la hora de imaginar lo que puede ser el suelo moviéndose bajo tus pies.
5. Todo lo que piensa Muamar se le puede aplicar a Hosni y antes a Osama.
6. Al final no ha habido crítica literaria y os quedais sin saber qué tal son esos dos libros de Murakami y sereis unos facilones y os ireís al cine a ver la película directamente.
Pues os hago un pequeño comentario y así hago casso a Picasso. (Picachu tenía algo que ver con Picasso?)
No os voy a destripar el guión de los libros que es lo que más interesa a los espectadores-lectores en general, pero sí os diré que los personajes y sus diálogos son como los de personas conocidas, cercanas, amigas, a las que les darías tu ayuda si pudieras y si no, al menos serías su confidente prestándoles tu oreja.
Y así, sin orden ni concierto, nos hemos dado un paseo por la actualidad y la literatura, como un programa cultureta de la 2 y hemos insuflado un poco de aire fresco a los pulmones de este pobre blog moribundo.
viernes, 29 de abril de 2011
DESFIBRILANDO
Desfibrilando, desfibrilando.
El blog se muere.
¿Hay algún médico en la sala?
Las constantes vitales pierden la constancia y la vitalidad.
Si conoceis médicos, enfermeras, socorristas, voluntarios de la cruz roja, cualquiera que pueda manejar la situación y echar una mano, avisad.
Y si no, pues que vengan esos que acompañan a los enfermos terminales en sus últimos momentos, (last minute), o un sacerdote que practique la extremaunción (low cost) y damos por terminado este asunto.
Os saluda un blog moribundo.
El blog se muere.
¿Hay algún médico en la sala?
Las constantes vitales pierden la constancia y la vitalidad.
Si conoceis médicos, enfermeras, socorristas, voluntarios de la cruz roja, cualquiera que pueda manejar la situación y echar una mano, avisad.
Y si no, pues que vengan esos que acompañan a los enfermos terminales en sus últimos momentos, (last minute), o un sacerdote que practique la extremaunción (low cost) y damos por terminado este asunto.
Os saluda un blog moribundo.
domingo, 6 de febrero de 2011
MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA
Hola:
Desde la culpabilidad más absoluta me dirijo a vosotros suplicando que perdonéis esto que parece desidia pero que no lo es, que es más bien una falta de tiempo todo el tiempo, que no permite que me siente al ordenador cuando las ideas están fresquitas y sanas. En este período largo de ojo del Guadiana hundido en la tierra subterránea, os he echado de menos a todos los lectores amigos y me he sentido un poco más sola de lo normal. Por mi mente han pasado varias ideas-hilos conductores de textos que murieron antes de nacer y se fueron al Limbo. Y ahora ya no hay quien los recupere. En el Limbo no existe la memoria y todo lo que allí va a parar, se llena de telarañas y de una gruesa capa de polvo en la que podemos escribir con el dedo para nada, para que un estornudo de alergia a los malditos ácaros borre de un plumazo las palabras que no se llevará el viento, sino que serán depositadas en forma de duna y ya nadie podrá leer.
Pero sí que recuerdo una de las ideas que se me vino a la cabeza: fue la de hablaros de las misas de la infancia (qué tema apasionante) porque recuerdo que al pensar en un comienzo tipo "queridos hermanos", me acordé de las cartas a los corintios, los efesos, los selenitas, los jacobeos... y me empecé a cuestionar este estilo mío epistolar-evangelizante. De la reflexión me he olvidado totalmente.
Pero desde ahí mi memoria saltó a la capillita del colegio y a cómo los ojos se posaban aburridísimos en las propias rodillas con la falda del uniforme un poco más arriba y se quedaban estrábicos, como cuando intentamos descubrir esas imagenes 3D ocultas en un fondo abstracto y que, por cierto, cuando por fin descubrimos, siempre nos decepcionan. Echo de menos ese estado mental tan placentero, sí, sí, el aburrimiento en aquel entorno era superplacentero. Estabas en comunidad y podías dejar la mente en estado alfa, abiertamente, delante de todo el mundo, sin tapujos, ponías el pensamiento en cualquier idiotez y podías perder el tiempo sin que nadie te lo recriminase, sino todo lo contrario; estabas cumpliendo tus obligaciones de cristiano que en aquella época era como ahora pagar tu cuota mensual a una ONG. Salías de la iglesia con la conciencia limpia hasta la siguiente semana. Era como hacer la colada de la conciencia y para eso solo tenías que perder una hora de tu tiempo pensando en las musarañas. (Ahora que ha salido esta palabra a colación, ¿habéis visto alguna vez una? Son preciosas, parece que las diseñó Walt Disney. Cierro paréntesis y disculpad. Pero así era la mente en las misas de la infancia, una mosca que se va parando en lugares absurdos sin ningún objetivo claro, que se frota las patas, las antenas o lo que sea, para entretenerse.
La segunda idea interesante que se me ocurrió se fue directa al Limbo. Esa sí que se murió del todo y supongo que con ella murió también alguna chispa de creatividad que podría haber sido el germen de una gran obra pincil. Lo sentimos mucho. Por más que me he esforzado no he conseguido recordarla y casi prefiero que se vaya para siempre, no vaya a pasar lo mismo que con las imágenes 3D que os decía que siempre son una decepción. Te pones a mirarlas y después de ese esfuerzo que te duele en los ojos descubres una mierda de delfín horrible o de flores espantosas. Así que dejo marchar a esa idea oculta en el fondo abstracto de mi memoria y no intento recordarla nunca más. Lanzo un ramillete de flores con mi mano enguantada de blanco, sobre el ataúd del olvido y le doy mi adios.
A partir de ahora registraré en un papel o en una grabadora todo lo que se me ocurra, no vaya a ser que nos estemos perdiendo un sinfin de ideas geniales de una pinza estresada.
Por eso ahora podéis entender que no es vagancia, sino que los momentos de inspiración te tienen que pillar con el ordenador funcionando o al menos con una libreta a mano en la que anotar alguna cosilla, porque sino no puede uno dedicarse a escribir sin escribir, es completamente imposible. Y cuando en la vida no existen esos momentos donde la conciencia está tranquila vagando por sus paisajes imaginarios sin que nadie la moleste, no se puede crear ni hacer nada. El esfuerzo no lleva más que a descubrir imágenes horribles que era mejor que se hubieran quedado ocultas en ese estampado también horrible de los libros de 3D.
Desde la culpabilidad más absoluta me dirijo a vosotros suplicando que perdonéis esto que parece desidia pero que no lo es, que es más bien una falta de tiempo todo el tiempo, que no permite que me siente al ordenador cuando las ideas están fresquitas y sanas. En este período largo de ojo del Guadiana hundido en la tierra subterránea, os he echado de menos a todos los lectores amigos y me he sentido un poco más sola de lo normal. Por mi mente han pasado varias ideas-hilos conductores de textos que murieron antes de nacer y se fueron al Limbo. Y ahora ya no hay quien los recupere. En el Limbo no existe la memoria y todo lo que allí va a parar, se llena de telarañas y de una gruesa capa de polvo en la que podemos escribir con el dedo para nada, para que un estornudo de alergia a los malditos ácaros borre de un plumazo las palabras que no se llevará el viento, sino que serán depositadas en forma de duna y ya nadie podrá leer.
Pero sí que recuerdo una de las ideas que se me vino a la cabeza: fue la de hablaros de las misas de la infancia (qué tema apasionante) porque recuerdo que al pensar en un comienzo tipo "queridos hermanos", me acordé de las cartas a los corintios, los efesos, los selenitas, los jacobeos... y me empecé a cuestionar este estilo mío epistolar-evangelizante. De la reflexión me he olvidado totalmente.
Pero desde ahí mi memoria saltó a la capillita del colegio y a cómo los ojos se posaban aburridísimos en las propias rodillas con la falda del uniforme un poco más arriba y se quedaban estrábicos, como cuando intentamos descubrir esas imagenes 3D ocultas en un fondo abstracto y que, por cierto, cuando por fin descubrimos, siempre nos decepcionan. Echo de menos ese estado mental tan placentero, sí, sí, el aburrimiento en aquel entorno era superplacentero. Estabas en comunidad y podías dejar la mente en estado alfa, abiertamente, delante de todo el mundo, sin tapujos, ponías el pensamiento en cualquier idiotez y podías perder el tiempo sin que nadie te lo recriminase, sino todo lo contrario; estabas cumpliendo tus obligaciones de cristiano que en aquella época era como ahora pagar tu cuota mensual a una ONG. Salías de la iglesia con la conciencia limpia hasta la siguiente semana. Era como hacer la colada de la conciencia y para eso solo tenías que perder una hora de tu tiempo pensando en las musarañas. (Ahora que ha salido esta palabra a colación, ¿habéis visto alguna vez una? Son preciosas, parece que las diseñó Walt Disney. Cierro paréntesis y disculpad. Pero así era la mente en las misas de la infancia, una mosca que se va parando en lugares absurdos sin ningún objetivo claro, que se frota las patas, las antenas o lo que sea, para entretenerse.
La segunda idea interesante que se me ocurrió se fue directa al Limbo. Esa sí que se murió del todo y supongo que con ella murió también alguna chispa de creatividad que podría haber sido el germen de una gran obra pincil. Lo sentimos mucho. Por más que me he esforzado no he conseguido recordarla y casi prefiero que se vaya para siempre, no vaya a pasar lo mismo que con las imágenes 3D que os decía que siempre son una decepción. Te pones a mirarlas y después de ese esfuerzo que te duele en los ojos descubres una mierda de delfín horrible o de flores espantosas. Así que dejo marchar a esa idea oculta en el fondo abstracto de mi memoria y no intento recordarla nunca más. Lanzo un ramillete de flores con mi mano enguantada de blanco, sobre el ataúd del olvido y le doy mi adios.
A partir de ahora registraré en un papel o en una grabadora todo lo que se me ocurra, no vaya a ser que nos estemos perdiendo un sinfin de ideas geniales de una pinza estresada.
Por eso ahora podéis entender que no es vagancia, sino que los momentos de inspiración te tienen que pillar con el ordenador funcionando o al menos con una libreta a mano en la que anotar alguna cosilla, porque sino no puede uno dedicarse a escribir sin escribir, es completamente imposible. Y cuando en la vida no existen esos momentos donde la conciencia está tranquila vagando por sus paisajes imaginarios sin que nadie la moleste, no se puede crear ni hacer nada. El esfuerzo no lleva más que a descubrir imágenes horribles que era mejor que se hubieran quedado ocultas en ese estampado también horrible de los libros de 3D.
martes, 16 de noviembre de 2010
Queridos telespectadores o personas que esperais en la distancia:
(tele significa distancia y espectar supongo que esperar y no pienso confirmarlo en el diccionario, que no son horas, así que fiaros y aplicaros el vocablo).
He tenido la visita en este blog de un escritor, que no os voy a decir el nombre pero que con un poco, no hace falta demasiada, de suspicacia, viendo el nuevo blog que he añadido a la lista, podeis adivinar de quién se trata. Tenemos en común algunas cosas, pero la más importante es que Perez Reverte nos parece un escritor insufrible y por eso nos pueden acusar de envidiosos porque ha vendido mucha más obra que nosotros. En mi caso seguro y en el caso del otro no lo sé pero estoy casi segura. En mi caso la certeza podría darse con cualquiera. Porque hasta 1 es mayor que 0. Eso libera bastante de compromisos y críticas. La verdad es que es muy cómodo eso de que no te lea ni el tato. Lanzas letras y palabras al espacio internauta que explotan como lo harían los fuegos artíficiales lanzados al mediodía: nadie los ve pero se oye un zumbido y el cielo se queda manchado de un rastro sucio y olor a pólvora. Se presta atención un nanosegundo y se vuelve uno a sus asuntos.
Esta vez quería dejar mi ego apartado por un ratito pero no ha sido posible, así que inevitablemente debo hablaros de la muerte, que pesada soy con el temita lo sé, pero es que necesito contar las sensaciones de una pinza respecto de su muerte. Sí, ahora que he empezado un proyecto emprendedor, ahora que soy una artista emergente, ahora que gozo de buena salud y tengo toda la vida por delante, ahora, en este precioso instante, quiero hablar de la muerte.
En Imago tengo colgados dos grandes cuadros. En uno hay unos girasoles que todo el mundo alaba, y os voy a contar por qué. En general la gente cree que es la técnica, o la belleza, o el color o yo qué sé. Pero si gustan es porque bajo esos girasoles hay un muerto que yace y alimenta esa planta grasienta con la placidez de su muerte. No estoy volviéndome loca, es que me inspiré en el cuadro de Anselm Kiefer, que tiene varios
(tele significa distancia y espectar supongo que esperar y no pienso confirmarlo en el diccionario, que no son horas, así que fiaros y aplicaros el vocablo).
He tenido la visita en este blog de un escritor, que no os voy a decir el nombre pero que con un poco, no hace falta demasiada, de suspicacia, viendo el nuevo blog que he añadido a la lista, podeis adivinar de quién se trata. Tenemos en común algunas cosas, pero la más importante es que Perez Reverte nos parece un escritor insufrible y por eso nos pueden acusar de envidiosos porque ha vendido mucha más obra que nosotros. En mi caso seguro y en el caso del otro no lo sé pero estoy casi segura. En mi caso la certeza podría darse con cualquiera. Porque hasta 1 es mayor que 0. Eso libera bastante de compromisos y críticas. La verdad es que es muy cómodo eso de que no te lea ni el tato. Lanzas letras y palabras al espacio internauta que explotan como lo harían los fuegos artíficiales lanzados al mediodía: nadie los ve pero se oye un zumbido y el cielo se queda manchado de un rastro sucio y olor a pólvora. Se presta atención un nanosegundo y se vuelve uno a sus asuntos.
Esta vez quería dejar mi ego apartado por un ratito pero no ha sido posible, así que inevitablemente debo hablaros de la muerte, que pesada soy con el temita lo sé, pero es que necesito contar las sensaciones de una pinza respecto de su muerte. Sí, ahora que he empezado un proyecto emprendedor, ahora que soy una artista emergente, ahora que gozo de buena salud y tengo toda la vida por delante, ahora, en este precioso instante, quiero hablar de la muerte.
En Imago tengo colgados dos grandes cuadros. En uno hay unos girasoles que todo el mundo alaba, y os voy a contar por qué. En general la gente cree que es la técnica, o la belleza, o el color o yo qué sé. Pero si gustan es porque bajo esos girasoles hay un muerto que yace y alimenta esa planta grasienta con la placidez de su muerte. No estoy volviéndome loca, es que me inspiré en el cuadro de Anselm Kiefer, que tiene varios
cuadros enormes con ese motivo= girasol-muerto yacente y aunque no he encontrado el que quería exactamente, os haceis una idea y al que le interese ya tiene un tema para navegar un rato. Ahí va otra
foto:
La he puesto extragrande para que podais apreciar al muertito. En mis girasoles el muerto no aparece, pero os aseguro que los alimenta y por eso están tan nutridos y hermosos. Si quereis ver los míos tendreis que pasaros por IMAGO, qué le vamos a hacer.
Y por qué en este momento me intereso por ese tema, os preguntais así en general? Pues porque me descoloca un poco el paso del tiempo que va convirtiendo el cuerpo de una niña en el de una mujer adulta que acaba siendo una vieja, y no es el deterioro lo que me agobia, sino el asunto de que la niña en ningún momento ha abandonado ese cuerpo que tiene arrugas y flacideces y continúa viviendo como un ocupa en un cuerpo que no le pertenece. Y lo mismo le pasa a la adolescente rebelde y a la jovencita ligona, y a la treintañera listilla y a la de cuarenti salida, por poner unos ejemplos. Todas dándose de codazos en un cuerpo que va menguando y que se vuelve comodón y aburrido y no quiere saltar ni correr ni nada por el estilo, como mucho darse un paseo por el campo pero sin ningún afán deportivo.
Por eso, siendo consciente de este conflicto interno de todas las edades contenidas en el mismo habitáculo, que reclaman mi atención día tras día y agotan mi paciencia, de pronto recuerdo al muertito de los girasoles de Kiefer y pienso en el descanso de ese cuerpo que ya nadie quiere ocupar y que se descompone tranquilamente, a su ritmo, sin que nadie le moleste. Y sobre él, esas flores enormes, que son como de madera, desvían la atención y dejan que el muerto yazca en paz.
Sé que estas reflexiones os parecerán un poco tétricas, pero es que es otoño y como a los árboles, el cuerpo nos pide desprendernos de las hojas rojas y entrar en estado de hibernación esperando que llegue el Invierno, que, como siempre traerá a las Entrañables consigo; bajar las pulsaciones al mínimo, ralentizar el flujo sanguíneo, dormitar al abrigo de la manta o de la calefacción, enroscarse y dejar que el invierno pase por encima de uno hasta que podamos reverdecer de nuevo.
No es que la pinza entera quiera morirse ahora que está empezando un nuevo proyecto, que está tan tierno y lleno de brotes; os aviso que a veces los brotes no brotan, no rompen, no estallan, se quedan ahí como un estornudo mal estornudao o como un polvo mal echao. No, no es eso. Es una parte cansada, mayorzota y un poco pasada de vueltas, la que quiere que la dejen en paz y quedarse debajo de los girasoles gigantes. Y también hay una parte que piensa en el cuerpo, no como vehículo, sino como obstáculo porque ha dejado de ser un deportivo y ahora tiene que ir a velocidad de crucero que es mucho más seguro y más monótono.
Bueno, he disfrazado esta entrada de profundidad lúgubre, pero en realidad los motivos son mucho más superficiales: Echo de menos los vicios, las adicciones que me sentaban tan mal pero que el cuerpo juvenil aguantaba como un pirata, y que tenían, como es inherente a ellos una parte viciosa y perdida tan de Janis Joplin. La pinza joplin le pide a la pinza emprendedora-madredefamilia-trabajadora entregada, que o bien la saque por ahí a emborracharse o, si ya no es posible, la deje dormir durante un tiempo bajo los girasoles.
Y todo esto os lo cuento para que alguien me diga, te comprendo, porque a mí algunas veces me ha pasado exactamente lo mismo.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Hemos vuelto todos?
Estaba esperando que llegarais todos aquí, desde vuestros respectivos lugares de asueto, o de descanso, o de aventura o de mal rollo o de aburrimiento o de donde sea. Qué sé yo lo que significan para vosotros las vacaciones. Para mí es un periodo de ... mejor dejamos el psicoanálisis para otro momento. Ahora estamos frescos como una lechuga, como recién salidos de la bandejita de porexpan, oliendo a salud y energía, para enfrentar el crudo curso 10-11. (Yo no puedo con los años naturales, a mi edad, y todavía no me he acostumbrado a que el año empieza en enero y acaba en diciembre, por lo menos en occidente, porque el año oriental y el musulman, vete tú a saber dónde empieza y dónde acaba. Mi cultura de pocoviajada no llega a tanto).
Hace un año ahora que empecé este blog que ha tenido tanto éxito, ya sabeis, cientos y cientos de seguidores, personas de habla hispana de todos los continentes me leen, me han traducido a más de 80 idiomas diferentes, incuído el servo-croata, que se habla sólo en la zona limítrofe de las dos Repúblicas, me llueven las ofertas de trabajo, cuando voy por la calle tengo que ocultar mi cara bajo la sombra del sombrero (esto es de perogrullo, lo siento), colocándome a contraluz tipo Bogart y desviando la mirada hacia el suelo, tipo Di.
En fin, saborear el éxito tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como todo en este planeta=balón de fútbol, (debo ser la única persona que escribe fútbol con acento en la u, no lo puedo evitar), en el que giramos sin saber bien porqué. Ya os he hablado de las primeras, las desventajas son que, como me debo a mis lectores, vivo cavilando toda la santa noche sobre cuál será mi tema del blog para la próxima entrada, y eso no me deja dormir. Durante el día tengo que estar pendiente de mis colaboradores, (mis negros), y mantenerlos a raya para que escriban todo lo que les dicto sin meter baza y barrer para casa, (son muy suyos y quieren imponer sus ideas y su forma de redactar). No sé para que hago pública mi forma de trabajo, disculpadme.
Y como he tenido tanto éxito y estoy tan influenciada por los libros de autoayuda, además de mirarme en el espejo todos los días mi cara y otras partes menos caras y repetirme "tú vales mucho, tú eres muy maja, tú llegarás muy lejos y esas cosas que no para de repetirme mi amigo Xuan", pues he montado por fin mi academia de pintura que como os dije se llama IMAGO taller de arte y cuyo sitio we es www.imagotallerdearte.com y hacerme el favor de meteros todos los días para que suba puestos en la red y pueda poner un letrero en la puerta de AFORO COMPLETO o VENDIDAS TODAS LAS LOCALIDADES.
Os explico un poco qué se va a hacer en IMAGO. Hay un pequeño resumen en la página web, pero yo me explayo aquí un poquito más para que os quedeis contentos.
En leguaje plástico va a haber 3 grandes bloques de trabajo para adultos: pintura, dibujo y modelado en los que vamos a aprender a desarrollar el proceso de creación con diferentes técnicas de esos tres bloques. El trabajo es individual, como se puede comprender, así que cada uno seguirá su ritmo. Siempre se estará trabajando en dos piezas por lo menos, una completamente libre y otra más guiada, para no estar esperando a que la profesora (yo), se digne a acercarse a dar indicaciones. IMAGO proporcionará pautas, ideas, modelos, excusas para desarrollar la creatividad partiendo de la base de que el lenguaje visual, como el hablado, son capacidades humanas que quizá compartan algo con los animales, pero que no son privilegio de unos pocos. (Esto último les fastidia bastante a los artistas, pero como dice David Hockney, así lo veo yo). Creo firmemente que el gusto por la línea, el color, la forma, la palabra, etc. es el trampolín natural desde el que cualquier persona se puede tirar a las aguas de la creatividad. Lo único que distingue a unas de otras, por seguir con el símil, es que algunas se han olvidado el bañador y no quieren bañarse en bolas, otras tienen vértigo y no quieren saltar, otras sienten frío o pereza y les gusta más ver el agua desde arriba, a otros les divierte más criticar a los bañistas sin mojarse. Hay de todo en los viñedos californianos del Señor.Ya sé que nadie está de acuerdo conmigo pero no me preocupa. Creo que como hay gentepató, IMAGO encontrará las almas gemelas que quieran por lo menos probar la temperatura del agua con el pie descalzo.
Así que el que vaya escuchará una música relajante unas veces y otras menos, y otras silencio absoluto, compartirá emociones, ideas absurdas, locas, o nimias y sobre todo buenos ratos, con otros como ellos, y disfrutará también de estar consigo mismo y se maravillará de lo bien que se cae a sí mismo.
Pero no me entretengo en el ambiente y sigo contando:
También habrá un taller de escritura para desarrollar el placer de escribir para los que quieran aprender a hablar por escrito (a algunos nos gusta más que hablar cara a cara, o por el móvil). Lo darán periodistas amantes de las palabras, las letras, el cine, la música, el rockandroll, la radio, los viajes, ... en fin, ...de todo un poco.
Habrá talleres infantiles para niños menores de 12 años que será un poupurri de los talleres adultos. Con un gran espacio para trabajar, empezarán con la mancha (la mancha da mucho de sí aunque los de ariel digan lo contrario), y el color, para seguir con la línea y por ultimo con la forma. Esto traducido a actividades será trabajo con monotipos (estampa) y pintura (aguadas con acrílico, cargas, etc.) en el primer trimestre. En el segundo, dibujo aplicando lo que han aprendido en el primero más el libro de artista y por último, en el 3º modelado con barro y pasta de papel. Bueno, ahora me he puesto un poco técnica, y quizá os esté aburriendo.
Además, unos colaboradores (ahora sí va en serio), darán unos cursos monográficos de encuadernación, foto digital, dibujo técnico, y más cosas que podeis encontrar en la página de otras actividades, en función del interés de los participantes.
Os subo el cartel de la campaña publicitaria que estoy haciendo, fijaros en lo chulo del diseño. Error. Lo subiré más tarde cuando corrija el error.
Me despido por el momento, deseadme suerte en mi nueva empresa, a esta pinza-ficha-de-parchís.
Un abrazo a todos, espero veros en IMAGO, buceando con gafas y tubo.
Etiquetas:
arte,
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