sábado, 19 de diciembre de 2009

El tabaco me ha dejado

Hola amigos y allegados:
Quiero empezar felicitándoos estas fiestas entrañables. Me refiero, como todos sabeis, a las Saturnalias, que celebramos siempre por estas fechas desde los romanos, comiendo toda clase de combinaciones de alimentos engordantes. Los romanos también se ponían hasta arriba y montaban unas fiestacas en Roma que eran como la Noche en Blanco pero en divertido. Quiero decir que allí participaba también todo el mundo, todos salían a la calle, como nosotros ahora, pero se lo pasaban bien. Los amos servían a los esclavos por una vez en todo el año (creo que aprovechaban esas doce horas de poder para ensañarse con los amos y vengarse de todos los sinsabores que les habían provocado, como los latigazos y las palizas informales y les pedían a los amos que les trajeran un vaso de agua a la cama, los muy ruines. Bueno no estoy documentada, así que no os fieis mucho porque me dejo llevar por la imaginación, me pongo en su lugar, y yo por lo menos los putearía de esa manera. No os quiero aburrir con datos, pero si quereis saber cómo celebraban los susodichos romanos las Saturnalias haced el favor de meteros en internet y teclearlo y vereis la de cosas curiosas que encontrais, que aquí nadie inventa nada, el Corte Inglés con sus luminosos horteras ya estaba más que inventado, los arbolitos y hasta Santa Claus, que creo que lo recicló la Cocacola de un mix entre el auténtico Papa Noel que iba de Verde, el rojo corporativo de la marca y un vecino gordo que vivía al lado del creativo que soltó un jojojo cuando se metieron juntos en el ascensor y se rozaron las barrigas. Aquí va mi felicitación para los que sois majetes en general, aunque tengais algún momento mala-persona, que todos lo tenemos, no os preocupeis.
Os lo deseo de todo corazón así como a mis enemigos, si los tuviese, les desearía lo siguiente:
Que si están enfermos empeoren, que lo pasen asquerosamente mal en compañía de sus seres queridos, que no es difícil, y que tengan un año nuevo horríbilis, en fin, que les vaya a todos fatal, y sobre todo que se aburran mucho, se mueran de asco y no le encuentren sentido a la vida y se sientan culpables porque hay tantas personas muriéndose de hambre y sufriendo injusticias sociales.
Que pena no contar con enemigos en este momento porque me encantaría diseñar una felicitación con todas estas ideas.
Bueno, y el título de la entrada de hoy es porque me siento muy abandonada por el tabaco que ha elegido unas fechas espantosas para dejarme. Le echo de menos. Tengo momentos en que me río y me olvido, pero son los menos, y además es una risa un poco esquizofrénica. La mayor parte del tiempo no puedo evitar pensar que fue una larguísima relación, de dependencia, vale, pero también había amor y placer, y odio, y de todo, fueron más de 30 años juntos, el olor, el humo, la cleptomanía mecheril, las miradas de ternura y a veces rencor, todo hay que decirlo, ... y ahora ... me ha dejado y no sé por qué. No sé qué le he hecho, en qué he fallado ... y precisamente ahora, que todo el mundo fumará y reirá carraspeando y toserá y se atragantará y serán felices, ... y yo ... no sé qué voy a hacer. Puedo dedicarme a la bebida, que creo que está libre. No sé. es demasiado pronto para empezar otra relación. Perdonad que os de la vara, pero lo estoy pasando francamente mal y en cambio él, el tabaco promiscuo, yéndose con todo el mundo, le da igual ocho que ochenta. Me las pagará.
Repito, felices fiestas, vosotros fumadores activos. Un abrazo



12 comentarios:

Pinza dijo...

Xuan, siento aguarte la fiesta, pero ya será menos. Feliz cumpleaños de todas formas

(z) Victoria dijo...

Queridísima Pinza: Por una parte me alegro que hayas dejado de fumar, pues eso es lo políticamente correcto, pero qué pena!!! wuaaaa!!! Sólo de pensarlo tengo ganas de llorar; se echa mucho de menos fumar y tú lo has descrito tan bien, como un amante, si, es eso, ni más ni menos; yo me siento así, tirada como una colilla; y lo que es la traicionera mente, ahora sólo veo gente fumando por todas partes, ale! absorbiendo el humo como animales!!!! Quien tuviera diez años menos y pulmones de acero.
Un besito y de veras me alegro! Felices Fiestas para todos!

Pinza dijo...

Gracias Z por tu empatía. No he dejado de fumar por corrección política, ya me gustaría, ha sido el tabaco el que me ha dejado a mí. Primero fue el Ducados, hace años, luego los rubios americanos, y ahora el de liar. Qué penaaaa. Un fuerte abrazo

Javi dijo...

Mu'bien pinza, ya somos dos. Llevo 15 dias sin catarlo y es una desgracia, con lo rico que esta, cuanto lo echo de menos, tanto tiempo juntos en mis labios buuaaaaaa!. Bueno miento. El sabado pasado me junte con los amigotes y le di unas caladas por que no podia más, todos fumando como chimeneas y fumando cosas ricas, pero no caí al dia siguiente, ya estamos a martes y sigo aguantando.

Muy bueno tu relato. Olvida el cuaderno, metelo en el cajón y lanzate al teclado de tu ordenador.

Pdta; Que coñazo lo de verificar la palabra. ¿Pa'que sirve?

Gonzalo dijo...

Sí, dejaste de fumar pero bien que le has dado al jamón... anda, que menos mal que Salva os separó de él a cuchillazos que si no....


besos y felicidad para este año, Pinzasss

Pinza dijo...

Xuanito, gracias por tu comentario tan majo, tan majo como tú, pero yo no me papee tu jamón, que bien guardado lo tenías. A vernos en enero, de este año 10. Besooos

Soledad dijo...

Malos, odiosos... El tabaco sólo me quería a mí... pero me abandonó hace... ¡casi 17 años! después de un largo matrimonio, y, a pesar de una corta aventura posterior (recaída, lo llaman los cretinos especialistas en "conductas adictivas"), no ha querido volver para quedarse. Donde esté el tabaco, que se quiten la comida, la bebida y los placeres de la carne. Cuando pienso que, tal y como van las cosas, no voy a volver a catarlo... ¡Snif!
Y, encima, engordé ¡de pena! cuando me dejó.

Un abrazo solidario.

Mati Prat dijo...

Lo siento pero soy de esas "odiosas" personas que no dejan nunca al amante porque lo mantienen a distancia. Y es que: ¿Cómo prescindir de esa compañía después de comer? Y no digamos después de cenar.
El resto del día ni lo miro, ni lo llevo conmigo ni observo a los demás cuando lo hacen. Ahora, eso sí, por esos dos cilindrines muero y mato.
Ánimo Pinza, eres una valiente dejándolo en estas fzfchas tan señaladas.

Pinza dijo...

Os confieso solo a vosostros que tuve unos escarceos con el maldito tabaco, pero me ha dicho que no quiere volver, que le olvide y que no le llame más o me pondrá una orden de alejamiento. Horror. Feliz año a todos

Soledad dijo...

MaT, te odio de pura envidia que me produces. ¡Si yo pudiera ser feliz sólo con dos rubietes al día! Pero no, yo era una amante de tango, de canción española, de folletín sudaca, de "no puedo estar sin tí ni un momento", de dos paquetes al día, los días sin mucho estrés. No me extraña que el tabaco se cansara de mí, por coñaza, y decidiera abandonarme... por no matarme.
Disfruta, pues, MaT, de tu eterna aventura sin compromisos, matrimonios ni hipotecas. Y tú, Pinza, consuélate con la lectura de sesudos varones estoicos, de revistas de salud New Age y de otros edificantes libelos. ¡El que no se consuela, es porque no quiere!

Hasta más ver.

Pinza dijo...

Hola Soledad. Veo que el tabaco mueve más comentarios que otros vicios más altos. Pero no nos engañemos, no es el tabaco infiel, es la ansiedad: que yo la describiría como ese motor trasero sin volante que te empuja a subirte por las paredes tipo hombre araña. A ver qué hacemos con ella. Un abrazo y feliz año.

Anónimo dijo...
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